De profesión contador, Fernando Fraresso lleva 35 años en el rubro de concesionarias de automóviles, pero afirma sentirse muy cercano a la arquitectura y el diseño: “Todo lo que implique un grado de impronta personal podría haber sido la base de mi profesión. Me encanta imaginar espacios, buscar información, proyectar y crear nuevos diseños: en fin, estar a la vanguardia”, afirma el director ejecutivo de Mundo Maipú.
–Fernando, me sorprendiste: iba a empezar con autos, pero con este pie me parece oportuno hablar de casa. ¿Dónde vivís?
(Sonríe) En la zona sur de la ciudad, como toda mi vida; soy nacido en Córdoba.
¿Cómo describirías el estilo arquitectónico de tu casa?
Mi casa es minimalista, estilo Bauhaus. Tiene aberturas metálicas, totalmente herméticas, con doble hoja y doble vidrio. Tiene mucho color blanco, por su luminosidad. Nos asesoró un arquitecto: la casa no tiene ni dos años de antigüedad, así que todavía no pensamos en hacer reformas. Cuando la diseñamos, con mi mujer y mi familia, proyectamos la casa que queríamos, que hoy es una realidad.
–¿Tu lugar favorito?
El dormitorio y el vestidor.
–¿Qué es lo más característico de los interiores?
Fundamentalmente, la abstracción, la austeridad de la decoración, la sencillez y el uso eficiente de los materiales.
–¿Y de los exteriores?
El protagonismo de la fachada, los ingresos amplios y el uso literal de los materiales, que denotan un movimiento arquitectónico puro y armónico.
–¡Todo un experto! Pasemos ahora al que hubiera sido el tema de arranque: los autos.
Tengo una relación diaria con ellos, tanto en lo personal como en lo laboral. No sólo los comercializo, sino que constituyen una de mis grandes pasiones: desde que aprendí a manejar, observando a mi papá y a mi abuelo, siempre me gustaron los “fierros”.
–¿Cuál fue tu primer auto?
Un Datsun que me compró mi papá para ir a la facultad. Era usado, pero realmente lo quise mucho: con él aprendí a manejar en la ciudad.
–¿Te gusta manejar?
Me encanta. Al manejo lo asocio con la libertad, la adrenalina, el deporte. Pero, fundamentalmente, entiendo el auto como una herramienta de uso cotidiano, que me permite desenvolverme en diversas tareas.
–¿Cuánto considerás que sabés de autos?
Tengo conocimientos, pero en los tiempos que corren y con la tecnología avanzando a pasos agigantados, siempre hay cosas nuevas para aprender.
¿Tu auto actual?
Un Audi Q5, un coche que se adapta bárbaro a los caminos de Córdoba: hace que un viaje muy simple, como ir de tu casa al trabajo, se convierta en una experiencia placentera.
–Un auto que te tiente, o tengas como aspiracional, si contaras con todo el dinero necesario?
En ese caso, me gustaría tener un Aston Martin Vantage.
¿Qué relación tenés con la tecnología?
–Encuentro en la tecnología mi mejor aliado para los tiempos que corren, y la utilizo tanto para el trabajo como el placer. Sin embargo, aunque entiendo el potencial comunicacional de las redes sociales en lo que respecta a la empresa que dirijo, en lo personal no las utilizo.
Para tu uso, ¿preferís PC de escritorio o portátil?
En el trabajo uso computadora de escritorio. En mi casa uso notebook y tablet, indistintamente. Durante los viajes, en cambio, me siento más cómodo con mi tablet.
¿Qué teléfono celular usás?
El iPhone 5. Es mi dispositivo de uso personal favorito, porque está conmigo siempre y me permite hacer infinidades de cosas. Me ahorra tiempo y me simplifica el trabajo.
Y de los dispositivos o electrodomésticos de uso familiar, ¿cuál es tu favorito?
El LCD, porque nos reúne a todos y nos da la posibilidad de compartir un momento distendido en familia.
En autos, sos entendido y naturalmente tu opinión influye en otros. En tecnología, ¿cómo es la situación?
Hoy por hoy, considero que saber de tecnología es entender de tecnología, y para eso hay que buscar información todos los días y estar actualizado permanentemente; eso es lo que trato de hacer.
¿Les transmitís a tus hijos algo de tu actitud hacia la tecnología o, por el contrario, aprendés de ellos?
Tengo tres hijos y siempre he tratado de estar presente y recomendarles sobre lo que sucede en materia de comunicación, para enseñarles a sacar un buen provecho de la tecnología. Pero admito que la diferencia generacional hace que, a veces, yo aprenda de ellos.
Fernando por Fernando
Con 49 años de edad y 35 de antigüedad en el rubro, el director ejecutivo de Mundo Maipú sigue rodando, aun cuando no trabaja, ya que tiene como hobby el ciclismo. Con tres hijos, y en pareja con Tania Bottiglieri, destaca que su sueño era correr la etapa argentina del Tour de France. “Afortunadamente, lo pude cumplir hace muy poquito. Tengo otro sueño en mente, pero me lo guardo hasta que se cumpla”, concluye.
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