El turismo de convenciones o de reuniones, uno de los segmentos con mayor potencial de desarrollo en ese sector, ofrece a Norte de Santander la mejor oportunidad para dinamizar su economía con la construcción de un centro de convenciones en Cúcuta.
Un proyecto de esta magnitud permite a la ciudad cambiar su vocación comercial y romper la dependencia de Venezuela con el avance del turismo en grupos específicos para que la ciudad tenga una demanda permanente durante todo el año.
El éxito del centro de convenciones es traer diferentes eventos a Cúcuta para que su entorno económico se mueva con el gasto de los turistas nacionales. Se calcula que una persona puede gastar entre 600 y 700 dólares en dos días, tiempo promedio de un congreso.
“Al traer un evento de 1.000 personas, se generan 700.000 dólares de ingreso en un fin de semana, unos $1.323 millones. Esto dinamiza la economía, mejora la oferta laboral y crea nuevos servicios”, afirma Carlos Gamboa Sus, gerente del Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Cúcuta.
Además de ofrecer más oportunidades de empleo e ingresos, el centro de convenciones ayuda a transformar la infraestructura hotelera, estimular la creación de agencias de viajes y desarrollar restaurantes con variada gastronomía.
El turismo de convenciones está concentrado en pocas ciudades del país. De ahí la importancia de construir un salón con capacidad para 2.000 personas, con el fin de recibir todo tipo de eventos, desde congresos hasta conciertos.
“Hay que tener claro que esta infraestructura no tiene que generar grandes márgenes de utilidades, porque su función principal es vender la ciudad. En el mediano plazo se deben hacer alianzas con otros centros de convenciones, como Corferias, para desarrollar productos”, dice Gamboa.
A nivel mundial, el turismo de convenciones genera al año ingresos estimados por 10 mil millones de dólares y muestra una tendencia creciente de en las próxima década. En 2012, cerca de 11.156 encuentros internacionales se llevaron a cabo en 120 países.
Colombia participó con 138 eventos que tuvieron como sede a Bogotá (50), Cartagena (40), Medellín (28) y Cali (8), el 83 por ciento de las actividades, de acuerdo con los datos de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA, por sus siglas en inglés).
Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo y la Competitividad reveló que el turismo de convenciones le representó a Cartagena ingresos por 120 millones de dólares en 2012, unos $228.000 millones, es decir el 0,8 por ciento del PIB de Bolívar.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el 40 por ciento de los turistas de este segmento regresan al lugar donde estuvieron en reuniones o negocios con el propósito exclusivo de disfrutarlo con su familia en un viaje de ocio.
La asistencia a congresos y convenciones es el tercer motivo de viaje de los visitantes extranjeros al país. Entre 2010 y 2012, un total de 341.319 personas llegaron a Colombia para participar en encuentros de este tipo.
El año pasado, la llegada de extranjeros creció 1,7 por ciento gracias a los eventos. En 2011, se registraron 124.837 viajeros internacionales y en 2012, 126.982, según información suministrada por Migración Colombia.
Parque temático
Aunque Cúcuta tiene la capacidad para atender este tipo de eventos, como lo demostró en el pasado con el Congreso Binacional de Derecho Procesal, la Convención de Club de Leones y recientemente con los Juegos Nacionales de Coldeportes y los Juegos Eléctricos de CENS, por citar algunos, el destino es vital para atraer todo tipo de congresos.
Luis Jiménez Navarro, presidente de Cotelco, capítulo Norte de Santander, afirma que no solo se debe depender de una infraestructura para eventos sino de productos turísticos que impulsen el sector, como el Parque Nacional de Chicamocha (Panachi), en Bucaramanga.
Según el vocero de los hoteleros, estos atractivos juegan un papel fundamental para desarrollar un congreso, ya que ofrecen a los viajeros de convenciones sitios de esparcimiento y diversión que haga más agradable su estadía.
Por su parte, Claudia Villasmil Acosta, gerente general de Hotel Casablanca, señala que los centros comerciales no pueden ser el único atractivo para que los congresos o reuniones se lleven a cabo en Cúcuta. “Necesitamos un elemento diferenciador”.
“El centro de convenciones hace falta en la ciudad, pero tiene que ir amarrado a un proyecto completo que estimule el desarrollo de un parque turístico, además de un buen manejo comercial que ayude a los organizadores de eventos a escoger a Cúcuta”.
Villasmil agrega que la infraestructura hotelera y de servicios responde bien a los eventos sociales y corporativos de la ciudad, que en su mayoría tienen que ver con matrimonios, reuniones de gremios y asociaciones de médicos, arquitectos o abogados.
“Una persona que venga de Bogotá u otra parte del país no va a venir a Cúcuta solo por los centros comerciales, tal vez visite el Templo Histórico (Villa del Rosario). Muy diferente es ir a Bucaramanga y conocer Panachi, un atractivo turístico con vida propia”.
Un informe elaborado por la Consejería de Turismo y Comercio de Andalucía (España) señala que las principales demanda de los viajeros de convenciones o reuniones son en su orden: gastronomía, hacer turismo, cultura y compras.
El presidente de Cotelco, capítulo Norte de Santander, insiste que antes de pensar en una marca de ciudad, hay que tener un producto que identifique a Cúcuta como un destino turístico y recreativo a nivel nacional e internacional. “Si no hay producto no se puede hacer un mercadeo de ciudad”.
Luis Jiménez invitó a los entes gubernamentales y privados a retomar y consolidar el proyecto de convertir el cerro de Tasajero en un parque temático especial con teleférico y mirador para ver con binóculos el Lago de Maracaibo (Venezuela).
“Panachi, en Santander, está a hora y media de Bucaramanga y la gente lo visita frecuentemente. El cerro de Tasajero lo vemos todos los días y está a media hora de Cúcuta, es un buen sitio para el proyecto y el producto que Cúcuta y el centro de convenciones necesita”.
