Medellín Colombia, es una de las ciudades de Latinoamérica que está siendo considerada como modelo de transformación social y urbana, así como en su momento la ciudad de Brasilia sorprendió al mundo con una planificación vanguardista dirigida por los arquitectos Lucio Costa y Oscar Niemeyer.
El ejemplo de lo realizado en Medellín es una labor altamente significativa porque el gobierno asume la responsabilidad de tomar en cuenta a la ciudadanía bajo esquemas de trabajo participativo, surgiendo de esa firme y estrecha relación el término denominado urbanismo social. Y sin duda se trata de un proceso de cambio impresionante reconocido a nivel internacional, sobre todo porque la ciudad hasta hace poco era considerada una de las urbes más temibles, desigual y segregada, con altos niveles de pobreza, una creciente crisis de vivienda social, desempleo, alarmantes niveles de informalidad y degradación del trabajo, así como oportunidades restringidas para los jóvenes... y ? qué hicieron?
El modelo no es nada del otro mundo, se apega a lo convencional pero su ejecución es de manera diligente e impecable: Se aplica el buen gobierno (planeación, orden fiscal, transparencia, participación y comunicación), con énfasis en educación, inclusión, cultura, convivencia, emprendimiento y orden social. Mediante el uso de políticas urbanas inició el camino para recuperar la paz y la equidad, llevando a cabo proyectos urbanos integrales en las zonas más pobres y violentas, dando prioridad a obras de infraestructura que dieron como resultado cambios sociales y culturales profundos en las comunidades.
El llamado urbanismo social es el componente que más impacta y consiste, básicamente en darle dirección a proyectos urbanísticos puntuales dirigidos a los sectores populares de la ciudad. Todo se hizo mediante un proceso participativo con los habitantes. No se hicieron edificios monumentales, se construyeron 50 bibliotecas pequeñas pero bien equipadas para colonias populares, se transformó la cultura con exposiciones itinerantes y con la participación de artistas de prestigio, se establecieron numerosos centros comunitarios donde se agendan conferencias, cursos y talleres con actividades artísticas y culturales. Para el fomento de la convivencia y el esparcimiento se edificaron en puntos estratégicos varios centros deportivos con amplias áreas recreativas, procurando que se atendiera equitativamente a cada uno de los sectores geográficos de la ciudad con el fin de dejar atrás los altos índices de delincuencia.
Estamos hablando que todo esto se logró en el periodo de la administración municipal (2004-2007) del alcalde Sergio Fajardo, carismático doctor en matemáticas que ahora disfruta del reconocimiento de su pueblo y su trabajo sirve de ejemplo para el mundo entero... valdría la pena tomarlo en cuenta porque en nuestro México estamos acostumbrados a que se habla mucho pero se hace muy poco, y de eso tenemos infinidad de ejemplos.
Fuente:elmundodetehuacan.com
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