viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Sabes dónde desaparecen más árboles? Una app te lo dirá...



La pérdida de los bosques tropicales representa más del 10% de las emisiones de carbono que provocan el cambio climático, por lo que recibieron mayor atención en la reciente conferencia sobre cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en noviembre pasado, en Varsovia.
Cuando talan y queman los bosques, el carbono de los árboles y la vegetación —que equivale más o menos la mitad de su peso en seco— es liberado en la atmósfera en forma de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.
La mayoría de las emisiones de dióxido de carbono que genera la actividad humana proviene de los combustibles fósiles. Sin embargo, los bosques tropicales contienen en promedio 150 toneladas de carbono por hectárea, que en conjunto representan las millones de hectáreas que son taladas y quemadas cada año.
Durante la última década, los gobiernos y la industria han reaccionado ala creciente presión por revertir la deforestación y a veces han hecho el compromiso de reducirla a cero. Pero, salvo en algunas excepciones, no contamos con las herramientas para evaluar la rendición de cuentas.

Esto cambió cuando la revista Science publicó un análisis revolucionario sobre la deforestación anual de todo el planeta entre 2000 y 2012. Con la ayuda de Google Earth y por medio de técnicas avanzadas de computación, el profesor Matthew Hansen, de la Universidad de Maryland, y sus colegas analizaron imágenes satelitales a una escala de 30 metros en cantidades sin precedentes.
Su trabajo permite que cualquier persona que tenga una computadora,tablet o smartphone y cuente con una conexión a internet aceptable vea claramente en qué parte del mundo crecen bosques y en dónde han sido destruidos.

Visita el sitio Global Forest Change y haz clic en diferentes regiones. Utiliza el menú desplegable para ver el estado de los bosques en todo el mundo entre 2000 y 2012 con base en distintos parámetros. Visita las regiones afectadas como la franja por la que pasó el tornado de Alabama, la deforestación en Paraguay, las zonas taladas para dar cabida a los minifundios en Mozambique y muchas más. Las regiones remotas están al alcance, las zonas boscosas están a la mano y es mucho más difícil ignorar la velocidad con la que desaparece el follaje.

Más de 60 gobiernos se han adherido al compromiso del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) que tiene por objetivo lograr "una deforestación neta igual a cero" para 2020. El compromiso excluye específicamente la compensación de la deforestación con plantaciones de árboles, aunque la reforestación en tierras abandonadas podría sustraer la deforestación "bruta".
Con los nuevos mapas digitalizados y la información disponible en línea, las organizaciones de vigilancia de la sociedad civil pueden y deben obligar a los gobiernos comprometidos a cumplir con su objetivo.
Los líderes corporativos han hecho acuerdos semejantes en cuanto a la deforestación cero, como el consejo de administración del Foro de Bienes para el Consumidor, un enorme consorcio del sector privado que comprende a cientos de empresas que en conjunto suman ingresos por más de tres billones de dólares al año.
La mayor parte de la deforestación tropical es consecuencia de la demanda mundial de productos agrícolas como carne, soya, aceite de palma y papel. Los miembros del consorcio prometieron eliminar la deforestación de su cadena de suministro de dichos productos.
El garantizar el flujo transparente de la información que arrojan los análisis como el publicado la semana pasada en la revista Science será esencial para la rendición de cuentas en el sector privado.
Ahora es posible estar al tanto de lo que ocurre en regiones apartadas de Brasil, Indonesia, África o en los bosques del Lejano Oriente ruso. Durante los últimos 25 años habíamos tenido datos solo de la amazonia brasileña. Cada año, cuando aparecen las cifras de la Estación Espacial Brasileña, comienza el escrutinio en ese país y en todo el mundo. Pocos gobiernos han contado con la información y la franqueza que los brasileños han mostrado respecto al Amazonas. Hasta 2012, como fue establecido en Science, la tendencia parece ser favorable en Brasil.
Sin embargo, el gobierno de ese país publicó una noticia desalentadora al margen de las charlas sobre el clima en Varsovia: la deforestación en la región alcanzó los 5,843 kilómetros cuadrados entre el primero de agosto de 2012 y el 31 de julio de 2013, un aumento respecto a los 4,751 kilómetros cuadrados del año anterior. La ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, calificó el incremento de inaceptable y señaló que el gobierno no toleraría ningún aumento en la deforestación ilegal, al que calificó como un crimen.
El tema ya es material para las elecciones del año próximo. Teixeira y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, son responsables según la política nacional de cambio climático que el Congreso aprobó en 2009. La ley incluye el objetivo de reducir la deforestación de la amazonia a 3,900 kilómetros cuadrados para 2020, un 80% menos que la tasa promedio registrada entre 1996 y 2005.

Muchos países en desarrollo simplemente no conocen sus bosques lo suficiente y varios recurren a métodos de vigilancia cuestionables. En Indonesia, el Ministerio de Silvicultura insistió en que no hay deforestación cuando las plantaciones destinadas a la producción de celulosa y papel reemplazan a los bosques nativos. De acuerdo con esa lógica, podrías reemplazar totalmente algunos de los ecosistemas más diversos y ricos en carbono de la Tierra con granjas de monocultivos y considerarlo como " deforestación cero".
Cuando decimos que el conocimiento es poder, queremos decir que la gente que tiene acceso a la información tiene fuerza y quienes no pueden acceder a ella están impotentes. La transparencia es la democratización de ese acceso crucial. Sin ella, no sería posible responsabilizar a los gobiernos ni a las empresas.
Sobre todo, Hansen y sus colegas reportaron que empeora la tendencia de la deforestación en los trópicos. El éxito logrado en Brasil a lo largo de 2012 fue contrario a las pérdidas crecientes en Indonesia, Malasia, Paraguay, Bolivia, Zambia, Angola y otros lugares. Estos resultados y sus interpretaciones seguramente serán analizados y podrán aplicar mejoras por estar al alcance en formato digital.

Mientras los gobiernos y los líderes empresariales profesan cada vez más las virtudes de la transparencia y la rendición de cuentas, a menudo sus palabras tardan en ponerse en práctica. Sin embargo, con el nuevo acceso a la información digital, ha sido posible exponer prontamente la falta de concordancia entre las palabras y las acciones, aún en las regiones más remotas del planeta.
Estas son buenas noticias para quienes estamos preocupados por los bosques, por la gente que depende de ellos y por el cambio climático.

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