¿Suena algo raro, no? Pero no lo es tanto, los colores que tengan las paredes de tu casa, así como la decoración y estilo, pueden ayudarte a regular los hábitos alimenticios de toda la familia.
Actualmente, tener un control sobre las costumbres alimenticias es un reto para muchas familias. Para lo cual es necesario aprovechar todos los recursos para evitar comer de más o que la hora de la comida no se vuelva una batalla con los niños que no quieren comer.
El color juega un papel importante en el mundo en que vivimos. Puede influir en el pensamiento, las acciones de cambio y causan reacciones. Puede irritar o calmar los ojos, elevar la presión arterial o suprimir el apetito. Ciertos matices, tonos y colores afectan nuestro estado de ánimo y emociones. Algunos colores inhiben el apetito (lo que es excelente para personas que están contando las calorías), mientras que otros tonos aumentar nuestra respiración y ritmo cardíaco.
La relación color-alimentos
¿Sabías que hay comidas que por su color estimulan el apetito y qué el organismo reacciona diferente según los colores que percibe? Por ejemplo, entrar a una habitación oscura, sin ventanas ni colores brillantes, disminuye nuestro estado de nuestro ánimo, mientras que observar un objeto de colores fuertes eleva nuestra energía. Y más aún, la sicología de los colores en los muros y la decoración también tienen un papel importante en el momento de sentarnos a la mesa.
El color y el atractivo de los alimentos también están estrechamente relacionados. Incluso hay diversos estudios realizados sobre cómo la percepción del gusto se efectúa por el color. Los estudios concluyen que la gente aprende y se familiariza con determinadas combinaciones de colores y sabores. Estas asociaciones pueden alterar nuestras percepciones y crear expectativas acerca de cómo un alimento debe oler y degustar. La visión de los alimentos dispara las neuronas en el hipotálamo.
El diseño y estilo, los colores y la variedad, son los mejores elementos para lograr un apoyo en el control de los hábitos alimenticios. Así que debemos aprovechar que el color ejerce un efecto sobre la percepción, los sentimientos e incluso en el comportamiento con el resto de la familia.
Para controlar tu dieta puedes usar las tonalidades rosa y verde, ya que evocan serenidad y paz. Son colores asociados que ayudarán a calmar tanto las emociones como la ansiedad que aparece cuando tenemos hambre. El azul es el opuesto al naranja: reprime el apetito y elimina las ganas de comer.
En cuestión de alimentos, el verde, marrón y rojo son los colores más populares. El rojo y amarillo se utilizan a menudo en los planes de restauración de decoración, ya que son estimulantes del apetito. Con el fin de perder peso, debes comer en un plato negro, los colores oscuros subconscientemente ayudan a disminuir el apetito. La cena también debe servirse en una vajilla oscura, pero el desayuno se debe comer en platos con colores brillantes.
Colores que abren el apetito y que quitan las ganas de comer
El rojo es uno de los colores más intensos del espectro. Todo cobra más energía cuando es de color rojo, el cual eleva el ritmo respiratorio, aumenta la presión arterial y estimula nuestro apetito. Por eso mismo, es un tono que muchos chefs utilizan para preparar platillos en los restaurantes.
El naranja es un color cálido y acogedor que se asocia a los cítricos y por lo tanto a la vida sana. Aumenta el suministro de oxígeno al cerebro, estimula la actividad mental y también abre el apetito. Puede ser un color excelente para usar estratégicamente en la decoración de la cocina.
El azul es un color que proporciona tranquilidad y calma. Sin embargo, rara vez aparece como colorante natural de los alimentos y por ello es supresor del apetito. Muchos expertos recomiendan instalar una luz azul en el refrigerador cuando estamos a dieta para reducir nuestros impulsos de comer. Para disminuir la cantidad de comidas que ingerimos, usa platos de colores oscuros.
El amarillo es un gran captador de atención, un color que da felicidad, alegría y estimula los deseos de comer.
El verde es el color de la naturaleza y la vida sana. Los alimentos de este color generalmente son sanos y por ello bienvenidos en nuestros platos.
El color gris no solo nos quita el hambre sino que también nos hace tener disgusto hacia la comida. Si bien es un tono que da calma, inhibe el apetito.
El turquesa es un color vívido capaz de abrir el apetito. La combinación del turquesa con naranja también es una tonalidad atractiva para el estómago.
En la decoración
En la decoración de la casa puede utilizar algunos motivos relacionados con los alimentos que pueden ayudar a despertar el gusto y apetito, sobre todo para los niños que en ocasiones cuesta trabajo que coman. Como por ejemplo un frutero en el centro de la mesa, es una excelente fuente para abrir el apetito.
Si estás bajo algún régimen dietético, en la decoración evita los dulceros o algún otro facilitador de alimentos.
En el comedor evita colgar cuadros con temas de alimentos, prefiere motivos con flores o paisajes que inviten a la relajación y a pensar en otra cosa que no sea comida.
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